El pasado 19 de octubre, Swamini Ma Divya Jyoti intervino como invitada en el Programa “Compartiendo Sabiduría, Un acto de Amor” de la Universidad de la Consciencia en Campus PHI (Acebo, Extremadura).
De padres suizos, aunque nacidos en Egipto e India, Ma Divya Jyoti nació en Niza (Francia) en el seno de una familia acomodada y en un entorno familiar interreligioso (madre ortodoxa, padre católico e hijos protestantes); algo que le sirvió de mucho, más adelante: “las creencias de cada persona no son necesariamente etiquetas que nos permitan apreciar su calidad humana y espiritual”, afirmó.
En París estudió psicomotricidad, un tipo de terapia psico-somática dirigida principalmente a niños con dificultades. Un día, en una librería especializada en libros espirituales, la persona que estaba delante se volvió hacia ella y le dijo: «Deberías ir a conocer a un sacerdote ortodoxo, te bendecirá para el resto de tu vida».
Se trataba de un sacerdote ruso, enviado a Francia por la revolución bolchevique, que más tarde se convertiría en el obispo Jean de Saint Denis, fundador de esta iglesia llamada Iglesia Ortodoxa de Francia. “Esta iglesia tuvo un impacto definitivo en mi camino”, sostuvo la Swamini “y “me ayudó mucho a manifestar el aspecto devocional que estaba latente en mí”.
Visitó en varias ocasiones un monasterio en Inglaterra creado por un sacerdote ruso del Monte Athos, el padre Sophrony, que fue canonizado más tarde. Durante una de sus visitas a ese monasterio, una conversación con él dio un vuelco a su vida. Fue en ese momento cuando, por primera vez, germinó en ella la idea de una vida monástica. Dejó su trabajo, y durante 7 años vivió como novicia, hasta que fue sintiendo poco a poco una sensación de malestar: “el espíritu que habitaba esta iglesia ya no era el mismo que unos años antes”.
Decidió marcharse a Grecia pero, al no presentarse ninguna solución que pudiera colmar su aspiración monástica, decidió volver a trabajar y regresó a París decidida a no contemplar nunca más la vida como religiosa.
Unas palabras que había escuchado a Krishnamurti la decidieron a ir a pasar temporadas en los distintos centros en los que se le podía visitar en Europa y Norteamérica. Su frase “La verdad es una tierra sin camino. Ningún credo, ninguna organización de ningún tipo, ningún sacerdote, ningún ritual, ninguna psicología ni filosofía puede ayudarte a ver esta verdad” dejó una profunda impresión en ella, “porque ahora sus palabras realmente me inspiran”, sostuvo, “pero en aquel momento la aplicación práctica de sus enseñanzas se me escapaba”, declaró. Fue hablando con algunos amigos sobre su malestar, cuando le presentaron a una persona que había vivido mucho tiempo con los Maestros en la India. “Deberías ir a ver a Swami Ritajananda al Centro Vedántico Ramakrishna de Gretz”, le dijo, “seguro que te ayudará”.
Allí comenzó un período de asombro: “el del encuentro con el Gurú y el de escuchar declaraciones que acogí como alguien sediento al que por fin se le ofrece agua”: “todas las religiones son caminos que conducen al único Dios”; “hay tantos caminos hacia Dios como personas dedicadas a la búsqueda de lo Divino”; “cada uno es libre de elegir su yoga según su personalidad y sus aptitudes”
“Estar con un Gurú verdadero” afirmó la swamini “crea una atmósfera mágica, y cada palabra y cada gesto resuenan en tu interior”, declaró relatando varias anécdotas de su vida en el Centro Vedántico Ramakrishna en Gretz (París).
Tras la muerte de Swami Ritajananda 1994, decidió a viajar a la India y en uno de esos viajes, un amigo les recomendó visitar a Sri Chandra Swami. Durante ese viaje también pudieron visitar a Swami Vyjayananda, un discípulo directo de Ananda Moyi Ma,en Kankhal. Con ambos seres tuvo la oportunidad de recuperar la atmósfera y las vivencias que rodean a seres con una alta vibración espiritual.
Fue Chandra Swami, con quien vivió 23 años, quien le entrego la ropa ocre, lo que, según la costumbre, se considera la toma de votos monásticos.
Terminó su conferencia agradeciendo a H.E. Pujya Swami Rameshwarananda su presencia en este encuentro y leyendo unos textos de Sri Chandra Swami sobre el amor.
Pujya Swamini Madivya Jyoti Udasin nació en Niza (Francia), de padres suizos.
A los 18 años estudió psicomotricidad y luego psicología. Trabajó varios años en centros asistenciales, como hospitales de día, con niños y niñas con dificultades.
Al mismo tiempo, descubre una iglesia ortodoxa en París, que se convierte en su ancla interior. A los 28 años, aspira a ser novicia en esta iglesia, donde permanece más de 14 años, 5 de ellos como novicia.
Siguiendo el sinuoso camino de las esperanzas y decepciones de la vida, fue conducida a proseguir su búsqueda espiritual en otra dirección. La Providencia la condujo a su nuevo destino: el Centro Vedántico Ramakrishna de Gretz. Su encuentro con H.H. Swami Ritajananda fue decisivo. Se levantó el telón de un nuevo horizonte espiritual. Swami Ritajananda dejó su cuerpo en 1994 y Ma Divya Jyoti sintió una llamada a la India.
Se quedó con H.H. Chandra Swami Udasin durante 23 años; Él le dio el sannyas en 2006.
Desde 2021 vive en el Centro Vedántico de Campus PHI junto a H.E. Pujya Swami Rameshwarananda Giri.
Sábado 19 de octubre de 2024
COMPARTIENDO SABIDURÍA, UN ACTO DE AMOR
Camino y Experiencia de Pujya Swamini Madivya Jyoti Udasin
11:00 – 12:30 h | Compartiendo sabiduría. Un acto de amor:
«Camino y Experiencia de Pujya Swamini Madivya Jyoti Udasin» |
12:30 – 13:30 h | Ruegos y preguntas
Mesa redonda con H.E. Swami Rameshwarananda Giri |
14:00 – 15:00 h | Comida (*) |
17:00 – 18:30 h | Lectura, Meditación y Ramnam |
*(Previa reserva con 24h de antelación en Hotel CampusPHI al teléfono 695734662)